No ha parado de llover en 5 años, las calles siguen oscuras, los árboles han muerto, el sol ya no sale y todo el mundo ha perdido la esperanza. Bueno, todos menos uno. Otis guardó en un tarro de cristal un trocito de luz justo el día en el que el sol se apagó. Una nebulosa flota inerte dentro del tarro iluminando el último rincón de su despensa. En la casa de Otis, quince pisos sobre el suelo, es en el único lugar donde las plantas florecen.
Otis mira por la ventana, sigue lloviendo, sigue oscuro, los árboles de la calle han muerto... todos han perdido la esperanza... menos él, que mientras observa, sonríe sabiendo que la pequeña luz que ilumina su vida viene de un sol eterno.
AQUILES
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